jueves, 22 de septiembre de 2011

Y pasaron los 100 días

Desconozco el motivo por el cual en política se estila otorgar 100 días de tregua a los nuevos gobernantes pero entiendo que quien entra "de nuevo" necesite cierto tiempo para analizar la situación que deja el anterior y para aprender como funcionan los mecanismos de la administración municipal. Debo reconocer que a un servidor también le han hecho falta unos días para acostumbrarse a una dinámica que desconocía.

Han pasado ya esos cien días, en los que las palabras "estudiar" o "analizar" se han convertido en la principal entrada del vocabulario municipal. Y sin embargo uno tiene la sensación de que las mismas van a seguir estando presentes entre nosotros por un largo periodo de tiempo. Justo cuando iba a sonar la campana de los 100 días sale a la palestra la delicada situación de las finanzas municipales, lo que da pie a que el periodo de estudio, análisis y reflexión se prolongue en el tiempo por lo menos hasta el 20 de Noviembre.

O eso es lo que uno empieza a sospechar. Porque ya lo decíamos algunos a la hora de hacer el balance de los 100 primeros días de gestión de Bildu en el Ayuntamiento donostiarra; Lo que le ha pasado a Bildu es que se presentó para impulsar el proceso y se encontró con el Gobierno de la Ciudad. Y claro, eso ya es harina de otro costal. Porque gobernar lleva aparejado tomar decisiones, y tomar decisiones no es tan sencillo como pudiera parecer. Tomar decisiones puede, entre muchas otras cosas, defraudar las expectativas de la propia parroquia y además supone correr riesgos para un movimiento político que quiere seguir siendo virgen. Riesgos que pudieran suponer un obstáculo a la hora de atraer nueva clientela (electoral se entiende). Conclusión: Mejor seguir mareando la perdiz para no espantar ni a unos ni a otros por lo menos hasta que pase el 20 de Noviembre. Luego ya veremos.

Lo que sucede es que en política, muchas veces, no tomar decisiones equivale a tomarlas, porque uno no puede controlar los tiempos. Menos aún cuando hay otros grupos políticos que controlan, empujan y exigen. Para el portavoz de Bildu sin embargo nos dedicamos a "entorpecer" la labor del Gobierno Municipal. ¡Cómo si los demás tuviéramos que estar en el Ayuntamiento para hacerle el juego electoral a Bildu!

Porque hablemos claro. Y vaya por delante que un servidor quiere y desea que todas las opciones políticas puedan participar en igualdad de condiciones ante los próximos comicios (bien sea Sortu, bien sea la formula que se quiera articular). No es de recibo que se utilicen los anhelos de paz de nuestra sociedad al objeto de obtener réditos electorales. Y eso es lo que en este momento constituye la principal baza de la izquierda abertzale y sus añadidos. Lo demás es secundario, no corre prisa, y lo que es peor, puede ser un obstáculo que distorsione lo que en este momento constituye el principal activo de la izquierda abertzale.

Curiosa situación en la que el principal argumento de los que nunca han querido abordar un proceso de normalización en nuestro País (léase PSOE o PP) repiten que lo importante es la gestión de los asuntos diarios y la izquierda abertzale hace exactamente lo contrario. Como si este País tuviera esa característica que se atribuye en el chiste al género masculino de no poder pensar o hacer dos cosas a la vez.

Pues ni es así ni debe ser así. Se pueden hacer y se deben hacer las dos cosas a la vez. Más aun en las circunstancias en las que vivimos. Se puede remar a favor de un proceso de normalización y adoptar decisiones estratégicas relativas al futuro También desde el Ayuntamiento. Ese es precisamente el papel de EAJ-PNV, eso es en lo que vamos a estar empeñados.

Los cien días de Gobierno de Bildu han dado paso también a la aparición de un fantasma, el de la moción de censura, que empieza a ser exhibido por el PP. Se nos hace ver que estamos en la antesala del caos para, acto seguido, apelar a la responsabilidad del PNV. Claro que el PP ha olvidado muy pronto que ya había utilizado el discurso de la antesala del caos antes de las elecciones, pero en aquella ocasión en relación a Odon Elorza. Lo que pasa es que lo importante es lo importante, y claro, antes roja que rota… aunque sea con Ernesto Gasco de Alcalde.

Porque si la cosa fuera tan terrible como la pintan, también los demás podían votar al candidato del PNV, pero claro, esa hipótesis no se contempla y somos los demás los que tenemos que comulgar con ruedas de molino. ¿Puede alguien explicarme cómo es posible que dos Partidos Políticos que andan a sartenazos del Ebro para abajo dejan de lado sus diferencias insalvables en San Sebastián? ¿Acaso será porque somos cuestión de Estado?

De todos modos y a estas alturas de la película uno empieza a sospechar que el PP y el PSOE pueden respirar tranquilos, porque con Bildu esto empieza a tener cada vez mas pinta de que acabará sólo en roja. Al tiempo.

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