jueves, 1 de septiembre de 2011

MIRANDO DE REOJO A LA DIPUTACIÓN


A pesar de que desde hace ya unos meses uno está centrado en lo que sucede en el Ayuntamiento, no puedo evitar mirar, aunque sea de reojo, a lo que sucede en el Palacio Foral. Lo cierto es que hasta hace bien poco no había gran cosa que ver, salvo los excesos verbales del Diputado General, puesto que la actividad ha brillado durante estos dos últimos meses por su ausencia.
Sin embargo ayer asistimos a la representación del truco más viejo que se conoce en política: Ponerse la venda antes de la herida y echar la culpa de lo que pueda suceder a los anteriores. Lo cierto es que Bildu no ha sido nada original al respecto y ha copiado miméticamente al Gobierno de López al inicio de la legislatura. Las declaraciones de la Diputada de Hacienda, Señora Franco, en las que se señala un supuesto desfase de 100 millones de euros en los presupuestos forales es lo que da pie a, acto seguido, anunciar la paralización de diversas obras en infraestructuras viarias.
No voy a entrar a valorar lo parcial de la información que se ofrece, inflando o desinflando cifras u omitiendo la existencia de remanentes que ofrecerían una fotografía bien distinta de la que se quiere ofrecer, lo han hecho ya el anterior Diputado General y el anterior Diputado de Hacienda. Pero no puedo evitar mostrar mi alarma por la segunda cuestión; la paralización de proyectos en infraestructuras viarias. La izquierda abertzale ni siquiera ha tenido el valor de decir que es contraria a muchos de esos proyectos, ha tenido que vestir el muñeco con el supuesto agujero en los presupuestos para hacer lo que ya era esperado. Y seguramente porque considera que los ejes de sus políticas (así lo anuncian) son otros; las personas y el transporte público.
La variante de Zarautz, primera obra sacrificada, no debe repercutir sobre la calidad de vida de las personas, sobre todo de las que viven en Zarautz. A lo largo de la anterior legislatura seguramente las obras que mas satisfacción me ha producido inaugurar han sido aquellas que han tenido una repercusión directa sobre la calidad de vida de los habitantes de una ciudad o barrio. Y si no que se lo pregunten a los que soportan el paso de miles de vehículos por delante de sus casas o a los municipios que tienen problemas de accesibilidad. Pero claro, según he tenido que oír muchas veces, algunos tenemos el corazón de hormigón y eso es lo que nos mueve. Seguiré de reojo pero atento lo que esta Diputación vaya a decirle al Ayuntamiento de Mutriku, también de Bildu.
Pero lo que ya me parece un insulto a la inteligencia es tener que oír que se dejará de hacer carreteras para destinar recursos a la mejora del transporte público. Siempre he sido un firme defensor del transporte público, y siempre he defendido y defenderé que se destinen recursos a la mejora del mismo, pero de ahí a decir que para eso se dejan de hacer carreteras me parece de una cortedad de miras alarmante. Es como decir que se van a poner más trenes sin hacer vías por las que puedan circular. Porque potenciar el transporte público (en el caso de la Diputación los autobuses interurbanos, que son su única competencia) también es hacerlo más competitivo desde el punto de vista de la calidad del servicio que ofrece. Y si de algo estoy orgulloso de esta última legislatura es de haber contribuido precisamente a ello. Alguien del Alto Deba debería conocer bien la mejora del servicio de transporte público que ha supuesto la puesta en servicio de la AP-1.
En fin, que empezamos bien.
Por cierto, y volviendo a mi Ayuntamiento, tendrá que venir la Señora Franco a analizar las cuentas municipales para que algún día se nos presente un informe de la situación de las mismas, aunque sea tendencioso, porque aquí, por más que lo hemos pedido seguimos esperando que se nos aporte algún dato. ¿Será que aquí Bildu no tiene tanto interés porque no estaba el PNV? O ¿Será que tiene en el actual Gobierno miembros que formaban parte del anterior?

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